Corren los años de finales del siglo XVI, dos imperios se baten en singular combate para dirimir su predominio sobre el mundo (al menos sobre el mundo conocido).
Las naves españolas nunca habían conocido enemigo más voraz y feroz que el corsario Sir Francis Drake. Su odio contra los españoles y su codicia traspasaban los límites de lo humanamente concebible. Sangriento y carnicero hasta límites insospechados, era capaz de batallar hasta la extenuación. Incansable e insaciable, infatigable, tenaz como un depredador,… su éxito escondía un obscuro secreto: la pócima vigorosa.
Un brebaje ideado y condimentado por su lugarteniente Richard Drake hacía inmortal a tan pendenciero pirata y a toda su tripulación. Aguardiente (ron crudo sin envejecer) para calentar los musculosos cuerpos, agua para diluir el alcohol, lima para contrarrestar la escasez de vitamina C y prevenir el escorbuto, menta para refrescar el ardor de la batalla y azúcar para poder engullir tan insoportable combinación.
Pronto los efectos de semejante brebaje se hicieron famosos en el mundo entero y el ‘Draquecito‘ surcó más allá de los mares. La fórmula se fue refinando conforme los tiempos avanzaban. El ron añejo de mayor calidad sustituyó al aguardiente y su consumo se hizo popular en Cuba.
El salto definitivo a la fama de esta bebida que ya empezaba a conocerse como ‘Mojito‘ (nombre cubano para los aliños hechos con lima) vino de la mano de un afamado cuentista del siglo XX llamado Ernest Hemingway, habitual consumidor (más bien diario consumidor) en ‘La Bodeguita del Medio’, un lugar emblemático de la vieja Habana, lleno de historias donde personajes como Errol Flynn, Salvador Allende, Ava Gadner, Pablo Neruda, Nat king Cole, Mohammed Ali, Gabriel García Márquez etc… dejaron su firma en las paredes a su paso.
Mojito: una cucharadita de azúcar, 1/4 de zumo de lima natural, dos ramitas de menta (machacadas suavemente), ron blanco cubano, hielo (suele ser hielo picado, pero tampoco hay que sentar cátedra), soda, mezclar bien y servir con rama de menta. Puede utilizarse hierbabuena en vez de menta, queda a gusto del consumidor. También hay quien sustituye la lima por el limón, no suele recomendarse pero hay paladares para todos los gustos.
AND THE WINNER IS:
Lo siento mucho pero para la piscina prefiero la piña colada.
Será porque es usted muy sibarita y señorito. También tiene su historia la piña colada pero no es tan interesante como la del mojito. ¿Por qué no se anima y realiza alguna colaboración con el blog?