El Nacimiento

natividad01Las circunstancias del nacimiento de Jesús han sido y siguen siendo misteriosas y controvertidas. El pequeño galileo no figuraba entre los «príncipes» cuya llegada al mundo se celebrase a bombo y platillo (ni que se celebrase si quiera). ¿Quién de sus contemporáneos había de imaginar que sus palabras y sus actos estremecerían al mundo entero?

El nacimiento de Jesús, que es el origen de la fiesta más celebrada del mundo mundial, no apasionó a las gentes de su época. Ni siquiera a sus primeros discípulos, que sólo se interesaron por su mensaje y, posteriormente, por su resurrección. El mismísimo Pablo, cuyo testimonio es el más antiguo (más cercano a la crucifixión), no hace alusiones en sus epístolas al nacimiento e infancia de Jesús.

En los Evangelios de Marcos (probablemente el más antiguo de los cuatro) y de Juan tampoco se hace mención a tal acontecimiento. Sólo Lucas y Mateo hacen referencia al prodigioso suceso pero se contradicen entre ellos.

¿Cuándo y cómo nació Jesús de Nazaret?

Según Mateo: Jesús nació antes de la muerte de Herodes el Grande (el constructor del Templo).

Según Lucas: Jesús nació antes de la muerte de Herodes, pero en la época de un censo ordenado por César Augusto en todo «el mundo habitado». Fue el «primer censo» y por aquel entonces Quirinio era «gobernador de Siria».

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEl problema es que Herodes murió en el año 4 antes de nuestra era y Quirinio no llegó a Siria hasta el año 6 de nuestra era, es decir, diez años después. ¿Se equivocó Lucas y confundió a Quirinio con otro romano llamado Saturnino que si organizó un censo en los tiempos de Herodes? No lo sabemos, lo único que podemos destacar es la negligencia de los evangelistas que no se preocuparon en verificar y concretar cronología alguna; lo cierto es que para que las fechas tengan sentido debemos de omitir este dato erróneo e incongruente de Lucas y dar por bueno que «el enviado» nació entre los años 6 y 3 antes de nuestra era.

El monje Dionisio el Exiguo (!a saber de que estaba escaso este individuo¡) se equivocó al fijar el nacimiento en el año 752 del calendario romano, que desde entonces pasó a ser el año 1 del nuestro.

Evidentemente, todavía resulta mucho más difícil, por no decir imposible, indicar el día en que se engendró «al salvador del mundo». Los Evangelios no dan ninguna información útil (sobre casi nada) salvo ésta: Jesús no nació en Diciembre. Incluso en Palestina, hace mucho frío en Diciembre como para que los pastores pasen las noches al raso con sus rebaños.

Entonces ¿por qué algún «iluminado» escogió el 25 de Diciembre (fun fun fun)?

natividad03Los primeros responsables de la Iglesia cristiana pensaron que la nueva religión tendría más aceptación si no suponía una ruptura total con los usos y costumbres antiguos (la mercadotecnia al poder). Los romanos celebraban la fiesta del sol el 25 de Diciembre (¿os va sonando la fecha?) y los cristianos de entonces asimilaron de muy buen grado la relación simbólica Jesús-Sol. En la Navidad el Sol comienza su ascenso brillante y glorioso cual hijo nacido del Trueno (¿no era Ra el dios del Sol también?).

ArcGabriel25La historia del nacimiento del Hijo de Dios comienza en un ángel: el ángel Gabriel. «Gabriel» significa «Dios es fuerte» y «ángel» significa «mensajero». Estos espíritus puros no tienen otra misión que la de hacer participes a los hombres de los designios de Dios. Los judíos tenían un concepto tan alto de Dios que no lo concebían apareciéndose en «cualquier sitio» para comunicarse directamente con unas criaturas tan imperfectas como eran los hombres. De ahí la utilización de intermediarios. Es bastante curioso y notable que durante la vida pública de Jesús, los ángeles desaparecieran y el mismísimo Hijo de Dios asumiera el papel de mensajero.

Los ángeles siempre han inspirado pánico a sus interlocutores. La reacción ante sus apariciones es todo un clásico en la Biblia. También es todo un clásico que la persona que recibe el mensaje se resiste a creérselo. Todos los mensajes angelicales conllevan una prueba de verdad, una prueba de que la predicción es exacta. El último acto de la revelación es el recitado de los salmos (todos los salmos no, tranquilos).

anunciacion_mariaLa anunciación de Gabriel a María cumple con todos los requisitos que debe cumplir todo acto de mensajería divina. María se siente «muy turbada» cuando ve entrar en su casa a Gabriel y éste tiene que tranquilizarla: «No temas María». Cuando le trasmite el mensaje ella muestra incredulidad y el paciente Gabriel se ve «obligado» a darle una prueba: «Tu parienta Isabel, estéril, va a concebir un hijo (Juan el Bautista)». Para concluir el encuentro ambos recitan el «Magnificat«.

Los anuncios hechos por los ángeles se inscriben dentro de un género literario que se pueden dividir en cinco tiempos: aparición, temor, predicción, prueba y oración. Y es así como se repiten a lo largo de todos los textos bíblicos. No se trata de historia sino de literatura. No se trata de narrar un hecho sino de trasmitir el significado de un acontecimiento.

SAN_JO1José es un hombre relevante en su pueblo. Para los judíos todo trabajo manual es sagrado. El carpintero es un hombre al que su oficio obliga a proceder con precisión, a atenerse a medidas exactas. Es por esta cuestión que a los carpinteros se les hace intervenir en los asuntos de la justicia. No en vano en los evangelios se califica a José como «hombre justo». Éste es José. Un notable consultado por la justicia y respetado en su pueblo que un día se entera de que su prometida está embarazada (¡y le consta que no ha sido él!).

En aquellos tiempos, la prometida se consideraba ya desposada y si tenía una aventura con otro hombre, cometía adulterio y se exponía  a la pena de muerte. María fue muy valiente al entonar el Magnificat cuando Gabriel le anunció el proyecto que Dios tenía reservado para ella. También es fácil imaginar que debió de rogar al cielo que Dios enviara urgentemente un ángel a casa de José para convencerlo de que «aquello era obra de Dios».

José ya había decidido romper el compromiso y repudiar a la joven en secreto, para evitarle la pena de muerte. Esta vez el medio de comunicación utilizado por nuestro Señor fue el sueño. De este método puede contarnos bastante otro conocido José: el hijo de Jacob (y buen fruto que le sacó a esos sueños a costa del faraón). José, después de tener lindos y divinos sueños, ya no vacila y lleva a María a su casa sin temor al escándalo. De buena se libró María aunque los chismes sobre ella circularían por todo Israel, sobre todo en el momento en que Jesús se convierte en un personaje conocido (contaban las lenguas bífidas y pécoras que María había sido la amante de un legionario romano llamado Phantera. Esto haría que Jesús tuviera un padre pagano lo que le hubiera impedido ser el esperado «Mesías»).

 No es de extrañar, por tanto, que Mateo y Lucas se esforzaran en desmentir estos chismes intentando dar datos precisos sobre el nacimiento de Jesús. El primero (Mateo) confeccionó una lista de tres veces catorce nombres, que empezaba por Abraham y terminaba por Jesús. El segundo (Lucas) confeccionó una lista de setenta y siete nombres empezando por Adán. El «Mesías» tenía que ser «Hijo de David» y había que dejarlo bien clarito.

Es un esfuerzo muy loable por parte de nuestros entrañables evangelistas. El problema es que una y otra lista se contradicen y no pueden considerarse históricamente convincentes (aunque, eso si, están cuajadas de simbolismos y numerología). Existe otro pequeño matiz en la genealogía que especifican nuestros evangelistas. El que pertenecería al linaje de David sería José (no María) y por tanto para que Jesús descendiera del linaje del gran rey de Israel debería de haber sido hijo carnal de José, situación que no aconteció según Mateo y Lucas (y Jesús no sería de la sangre de David).

Aparte de las menciones de los evangelios firmados por Mateo y Lucas, en ningún sitio más en el Nuevo Testamento se hace referencia clara a esta concepción virginal de Jesús. Ni en los Hechos de los Apóstoles ni en los textos de Pablo (los textos más antiguos) aparece frase alguna que incite a pensar que, aparte de Mateo y Lucas, alguien conociera este hecho tan asombroso en el nacimiento del «Salvador».

El propio Jesús omite hablar de las condiciones de su nacimiento y el episodio de Jesús en el templo difícilmente se entiende sabiendo que José y María conocían el carácter extraordinario, asombroso y milagroso de su nacimiento; están muy alarmados ante su desaparición y al encontrarlo Jesús responde: «¿No sabíais que es preciso que me ocupe de las cosas de mi Padre?». Y Lucas agrega: «Ellos no entendieron lo que les decía». Cuando dos ángeles han bajado del cielo para decirte que el niño que va a nacer no es otro que el Hijo de Dios, es difícil que se te olvide y que ninguna otra cosa te sorprenda o alarme.

La concepción virginal de Jesús más que un acontecimiento histórico es una afirmación de fe llena de significado: Jesús debe su aparición, lo mismo que Adán, el primer hombre, a la intervención directa de Dios, que es un don de Dios y que abre una nueva era en la historia de la Humanidad.

Referencias: «JESÚS» – Jacques Duquesne

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2 respuestas a El Nacimiento

  1. omellet dijo:

    Amen.
    He estado apunto de irme a las misiones.

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