Lo Uno y lo Otro

Somos seres imperfectos; llenos de dolor, sufrimiento, placer y amor. Nacemos con una angustia existencial que muere con nosotros.

Hay quien no se conforma con ser un compendio de ácidos y aminoácidos y realiza un heroico esfuerzo negando desesperadamente su propia contingencia.

Contingencia, azar, dados… todo ser imperfecto aboga por su creador. Contra más caca se es, más se quiere oler.

Ateos o creyentes, todos luchan contra su vida. Todo mortal añora la inmortalidad, todo desconocimiento busca la verdad; la imperfección necesita de la perfección.

Somos frutos del azar o del perfecto, de la contigencia o del creador….

Dos partes; lo uno y lo otro, lo bueno y lo malo, lo sinónimo y lo antónimo,…

No son dos partes unidas sino una misma cosa, la una sin la otra no sería nada, ni siquiera la mitad de la unidad. Lo es todo o nada, siendo el todo y la nada las dos partes inmiscibles e inseparables del ying-yang.

Si lo uno es, es porque lo otro no es.

Si existe lo imperfecto es porque existe la perfección y ésta es cierta y verdadera.

Pero la perfección no es una ni nada. Para que sea perfecta ha de cumplir la ley de las partes y no respetarla. Existe la perfección una y la otra, la antónima y la sinónima, la ‘buena’ y la ‘mala’ y a su vez son dos perfecciones separadas. Lo que es perfecto es uno pero necesita de lo otro para ser.

Si hay bien es porque existe el mal y viceversa. Si todo fuera bueno, todo sería nada.

El bien es activamente pasivo; es bueno lo pasivo y lo activo; sólo lo recíproco y lo reflexivo es malo potencialmente.

El mal siempre actúa, el bien permanece atrás si es necesario o no permanece.

Idealicemos el principio y el fin del mundo. Hecha o no la justicia escatológica todo lo que era ya no es y lo que es dejará de ser.

Nos encontramos con el gran YING-YANG. Es lo bueno y lo malo, no es lo bueno y no es lo malo. Se necesitan pero se repelen, se contradicen pero se significan, son uno pero se comportan como dos.

El bien no ayuda al mal y, como es lo único otro, es pasivo pero no inactivo. Necesita de lo otro para ser, y necesita anular lo otro para ser. Nada puede hacer bien al mal ni viceversa; la perfección es la perfección y nadie arroja piedras sobre su propio tejado.

El mal es activamente activo y para ser necesita el no ser y necesita realizarse, el bien permanece o remeda.

Tras la escatología primera y última, la maldad se desrealiza y lo bueno crece siendo.

Cuando el mal ya no es, el bien lo es todo y no es nada. Cuando no hay nada es que lo es todo… y el fruto somos nosotros. Si hay todo, existe lo uno y lo otro y la maldad «se» empieza a «realizarse», pero cuando lo otro se realiza, lo uno ha de realizarse también.

Lo uno no necesita realizarse explícitamente sino mas que a través de sí mismo; sería tanto en la nada como en el todo.

Lo otro ha de realizarse en aquello que no es perfecto, no es el todo ni la nada, debe sentirse a sí mismo.

Esta estrecha relación es lo que nosotros llamamos Universo.

No somos perfectos porque la perfección ya es, única e irrepetible. Somos mortales porque existimos para «hacer la eternidad». Desconocemos porque toda la verdad es eterna, buena y mala, y sólo el que conoce es verdaderamente.

Nuestro «padre» activo o primero es el maligno y nuestro padre pasivo o verdadero es Adonai.

Si el maligno no se realizara no seriamos y no sería nada. Somos lo más imperfecto, diminuto, mortal, e irrealizable del Universo. No somos nada por nosotros mismos, ni siquiera pertenecemos al ying-yang y sin embargo… somos imprescindibles y sin nosotros nada sería.

Nuestra raíz es Satán, nuestro destino Adonai.

Nuestra vida es el infierno, nuestra muerte el paraíso.

Nuestra existencia es la eternidad, nuestra mortalidad nos hace ser el todo.

Nuestra reproducción hace eterno el ciclo de la ley primera y última, la verdadera y la falsa, el bien y el mal.

El que quiera entender que entienda y es por ello que el mono loco se hizo cazador y el mono cuerdo se quedó en las ramas.

¡Lo que era volverá a ser!

¡Lo que es dejará de ser!

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Una respuesta a Lo Uno y lo Otro

  1. Clarice dijo:

    Vaya cacao mental!!!

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