Cada vez que subo a esta colina
es para recordarte que la vida
es una oportunidad única y que hay que vivirla.
Que se sepa.
Cada vez que subo a esta colina
es para recordarte que la vida
es una oportunidad única y que hay que vivirla.
Que se sepa.
Nuestro querido y admirado Leonardo deseoso de cambiar de mecenas, encuentra en el joven, ambicioso y populista César Borgia las ganas de trabajar que le faltaban.
Mientras seguía a César Borgia, fue construyendo palacios, iglesias, bibliotecas y escuelas en las ciudades que se iban conquistando. En la fortaleza de Castel Bologuese edificó un gran cuartel. Se encargó de que el puerto de Cesenatico volviera a ser operativo. También fabricó nuevas máquinas de guerra: mejoró las bombardas, inventó los explosivos múltiples y alargó las lanzas de la infantería para que tuvieran mayor longitud que las utilizadas por los suizos.
En un baúl encontrado en mi casa y que no tiene fondo, meto mi cabeza y mi cuerpo y recuerdo. ¿Cuáles han sido las mayores meteduras de pata de la historia?
En la historia de la humanidad se han cometido muchos y grandes errores, ya sea en la ciencia, en la política o en el campo de batalla. El primer gran error de la humanidad, según la Biblia, es el que cometieron Adán y Eva al comerse la manzana del árbol de la sabiduría («Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos, y que el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduría, y tomó su fruto, y comió»). Se puede tener una opinión a favor o en contra de ese error, ya que sin ese error podríamos estar en el jardín del Edén, pero ¿quisiéramos estar en ese jardín tan aburrido?
Todos tenemos un pasado. ¿Quién no ha metido la pata con actos o frases alguna vez?…
Las consecuencias de esos errores no siempre son catastróficos ni tienen consecuencias irreversibles pero no dejan de ser llamativos cuando el paso del tiempo los deja en evidencia.
¿Cuáles han sido las mayores meteduras de pata de la historia? Escriba su respuesta y luego siga leyendo.
Las Navidades no serían Navidades sin los postres y dulces que son típicos de la Navidad. Son tan necesarios como los adornos, el belén, los pesebres, las guirnaldas, los trineos, los arbolitos, los reyes magos, los nacimientos, los gorros, los trineos… Los dulces navideños son tan necesarios e imprescindibles como estos decorados.
Pero, aunque muchos lo desconozcan, no sólo de polvorones y turrón vive el hombre. Hay soluciones creativas que permiten variar la mesa dulce y salir de la rutina sin demasiado trabajo.
Amor, sensualidad, nobleza aristocrática, sensibilidad poética, imagen de mundos exquisitos, trascendencia histórica y social, evolución de la madurez, exotismo, magnificencia, altanería, soberbia, elegancia, majestuosidad,…
…
…
«¡Oh bella Galatea, más suave
que los claveles que tronchó la aurora;
blanca, más que las plumas de aquel ave
que dulce muere y en las aguas mora;
igual en pompa al pájaro que, grave,
su manto azul de tantos ojos dora
cuantas el celestial zafiro estrellas!
¡Oh tú, que en dos incluyes las más bellas!»
Góngora
Esta ave galliforme de la familia Phasianidae, una de las dos especies del género Pavo, desde tiempos antiguos destacó entre los animales admirados por el ser humano a causa del extraordinario abanico policromado que constituye la cola de los machos.
Una noche lúgubre y tenebrosa, cinco intrépidos aventureros acampan a este lado del río. Los cinco deben de continuar su aventura al otro lado del río cruzando un vetusto puente colgante cuya carga máxima es de dos personas. Solamente disponen de un farol para iluminarse en la penumbra de la noche. Esta única fuente de iluminación obliga a que si dos hombres cruzan al mismo tiempo el puente colgante, deban de hacerlo a la velocidad del más lento. También condiciona a que al menos uno de ellos vuelva con el farol para iluminar a los que quedaron en la otra orilla. Cada uno tarda un tiempo diferente en cruzar: Indiana, veloz con su liana, tarda 1 minuto. Magallanes, rápido como sus canes, tarda 2 minutos. Marco Polo, entumecido por los fríos del Polo, tarda 3 minutos. Cristóbal, que le pesan las bolas, tarda 4 minutos. Atila, tullido de una axila, tarda 5 minutos.
Descifremos el mensaje hallado en la cápsula.
Sabemos que los miembros de la expedición tenían «x» extremidades, por lo tanto los seres extraños tenían «x-1» extremidades.
En 1.490, Leonardo da Vinci llegó a Pavía junto a Amadeo y Francisco Martini da Siena. Se proponían comprobar los trabajos que se estaban realizando en la catedral. Se alojaron en la «Hostería del Moro», donde la Fábrica del Duomo de la ciudad les había reservado unas habitaciones. Porque el genio de Vinci era el responsable del edificio religioso, como lo demuestran los dibujos que todavía se conservan.
Nos hallamos ante la primera obra arquitectónica de Leonardo. Es difícil hablar de originalidad. Aprovechó ideas ajenas, para materializarlas con una precisión matemática. Años más tarde se atrevió a prolongar el crucero para que finalizase en un hemiciclo, y a levantar una planta octogonal con ocho ábsides. En esto sí que aportó un toque muy personal, porque le encantaban las dificultades.
Esta ciudad le odia, y él lo sabe.
Aunque Jerusalén vive, en gran medida, del turismo religioso, es una ciudad hosca, recelosa, encerrada en sí misma. Las grandes rutas comerciales pasan a lo largo de la costa o al este del Jordán. Judea, que la rodea, es una región más bien pobre. El gran comercio «y el tráfico que comporta», como dice Flavio Josefo, se desconocen aquí, y los contactos con el exterior son limitados. Se desprecian los oficios relacionados con el comercio y, por razones religiosas, ciertas importaciones (artículos de lujo de procedencia pagana y diversos productos agrícolas) están prohibidas o limitadas.
Desde la ocupación romana, la mayor parte de los servicios administrativos del estado han sido trasladados a Cesarea.
Fue un genio en infinidad de campos; todo lo que tocaba se convertía en «oro». Su infinita curiosidad le llevó a buscar las respuestas incluso a preguntas que hasta el momento nadie se había planteado.
Cuando Leonardo nació, el Renacimiento italiano estaba brotando; y él sería uno de los titanes que le concedería mayor esplendor. En aquella época realmente todo se hallaba por descubrir.